30 Nov El puzle de la e-Movilidad
Por este motivo, la Unión Europea ha fijado como objetivo que desaparezcan los coches a gasolina, diésel y también híbridos para el año 2035, con el objetivo final de frenar el cambio climático. Así también lo refleja en España la reciente Ley 7/2021, que habla de la movilidad y el transporte como uno de los ejes clave para los objetivos climáticos marcados.
Situación actual y previsiones
La movilidad eléctrica es sin duda una tendencia al alza en España: en tan solo un año, las ventas de este tipo de vehículos han crecido un 226% y la tendencia seguirá al alza, sobre todo teniendo en cuenta los fondos europeos Next Generation que se destinarán a este tema. Sin embargo, más allá del vehículo eléctrico en sí, hay otras cuestiones igual (o más) de importantes que abordar para poder avanzar en esta línea. Una de las dificultades que el VE está encontrando para despegar en el mercado español es la escasa red de carga pública a escala nacional.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé que en 2030 el parque automovilístico cuente con unos 5 millones de VE. La infraestructura de recarga actualmente consta de uno 11.500 puntos de acceso público, una cifra que dista mucho de poder abastecer de energía a un futuro parque móvil eléctrico de las dimensiones previstas. Un informe de Deloitte indica que necesitaremos aproximadamente 90.000 puntos de recarga de acceso público en 2025 y 145.000 en 2030.
Todos los agentes implicados están trabajando en adecuar esta situación, y ello se ha traducido en una serie de ayudas públicas, como es el caso del programa MOVES, que establece ayudas directas para la movilidad eléctrica y para la infraestructura de carga. Este plan será ampliable a 800 millones si la demanda lo requiere y tendrá continuidad hasta final de 2023. Esto supone una gran oportunidad para todas aquellas empresas que se están planteando implantar soluciones completas de movilidad eléctrica para edificios o renovar sus flotas de vehículos.
Vehículo Eléctrico y edificios
Teniendo en cuenta la necesidad de crear más puntos recarga, es lógico prever que la carga de vehículos eléctricos tendrá que convertirse en una característica estándar de los edificios en los próximos diez años para satisfacer la demanda de los consumidores. En el segmento de los consumidores o pasajeros, por ejemplo, en Schneider Electric creemos que el 95% de la carga de los vehículos eléctricos se realizará en los edificios. Esto supondrá una mayor demanda de electricidad en entornos construidos – los vehículos eléctricos representarán hasta el 40% del consumo eléctrico de los edificios – que requerirá una mayor gestión de la energía. Una gestión que puede simplificarse con un sistema de recarga digital e inteligente, como el de EVlink, nuestra gama de cargadores de VE, que se adapta a las necesidades de los usuarios, según el sector, la ubicación, la capacidad o los tiempos de carga. Incluye soluciones personalizadas para particulares, negocios y parkings públicos y privados. Con más de 125.000 puntos de recarga en todo el mundo y certificado Green Premium, estos cargadores ofrecen seguridad, fiabilidad, captación de datos y analítica para permitir a sus usuarios alcanzar el mayor rendimiento, gestionar el uso de la energía y reducir costes.
Como vemos, pues, el vehículo eléctrico es solo una pieza del puzle de la e-Movilidad. Son mucho los elementos que deberán coordinarse para acelerar el camino hacia los objetivos marcados en e-Movilidad: cargadores, edificios, sistemas de gestión energética, microgrids, energías renovables… Más allá del compromiso de las administraciones, sin duda fundamental, también es de vital importancia que todos los actores de la movilidad eléctrica establezcan alianzas, para seguir moldeando el transporte del futuro.